Después de cantar varias canciones, todos nos levantamos y empezamos a jugar varios juegos de nuestra niñez. Nuestro juego favorito es “Chequi Morena”. A las niñas les gusta ir en círculo aguantando la mano de la persona a su lado y nos divertimos juntas.
Luego los niños eligen un instrumento para aprender a identificar lo que es el ritmo. Un niño toma una maraca, otro un güiro, otro una campana o tal vez un tambor. Y mientras todos estamos parados la maestra nos enseña varias actividades para practicar el ritmo. Los niños observan y tocan su instrumento. Es muy bonito verlos aprender.
En la sección del baile, las niñas de la clase se ponen su falda para bailar bomba y los niños se ponen su sombrero. Mis hijas a veces se ponen su falda, a veces no. Por la mayoría del tiempo prefieren tocar los barriles con los maestros. Pero sí tienen una amiguita en la clase que cuando se pone su falda se transforma en la bailarina de bomba mas joven de su existencia. Es lo más chulo del mundo. Aquí nadie se salva. Todos bailan: adultos y niños. Es un buen ejercicio cultural y es súper divertido!
Finalmente, terminamos la clase bailando y cantando y brincando “Carnaval”. Todos hacemos una conga y ya para estas alturas todos estamos bien calentados y nuestro nivel de energía es tan intenso que es como si estuviéramos en un verdadero carnaval. Me siento feliz, aliviada y agradecida de tener este lindo centro cultural dónde puedo compartir con mi gente y dónde las niñas pueden aprender de su cultura.